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El Espíritu Santo, la tercera persona de la Santísima Trinidad, es Dios. Verdadero Dios como lo son el Padre y el Hijo. Es el Amor del Padre y el Hijo.

Grupo de monaguillos y nuestra querida secretaria

Son un grupo excelente en la parroquia

Momento del Evangelio

Nuestro parroco Jose Luis y los monaguillos durante el evangelio

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Ven y sigueme...

sábado, 30 de abril de 2011

Evangelio del Dia: Sabado de la octava de Pascua

PRIMERA LECTURA
No podemos menos de contar lo que hemos visto y oído

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 4, 13-21
En aquellos días, los jefes del pueblo, los ancianos y los escribas, viendo la seguridad de Pedro y Juan, y notando que eran hombres sin letras ni instrucción, se sorprendieron y descubrieron que habían sido compañeros de Jesús. Pero, viendo junto a ellos al hombre que habían curado, no encontraban respuesta. Les mandaron salir fuera del Sanedrín, y se pusieron a deliberar:
- «¿Qué vamos a hacer con esta gente? Es evidente que han hecho un milagro: lo sabe todo Jerusalén, y no podemos negarlo; pero, para evitar que se siga divulgando, les prohibiremos que vuelvan a mencionar a nadie ese nombre.»
Los llamaron y les prohibieron en absoluto predicar y enseñar en nombre de Jesús. Pedro y Juan replicaron:
-«¿Puede aprobar Dios que os obedezcamos a vosotros en vez de a él? juzgadlo vosotros. Nosotros no podemos menos de contar lo que hemos visto y oído.»
Repitiendo la prohibición, los soltaron. No encontraron la manera de castigarlos, porque el pueblo entero daba gloria a Dios por lo sucedido.

Palabra de Dios.


SALMO RESPONSORIAL 117,1 y 14-15.16-18.19-21
R. Te doy gracias, Señor, porque me escuchaste.
Dad gracias al Señor porque es bueno,, porque es eterna su misericordia. El Señor es mi fuerza y mi energía, él es mi salvación. Escuchad: hay cantos de victoria en las tiendas de los justos. R.
La diestra del Señor es excelsa, la diestra del Señor es poderosa. No he de morir, viviré para contar las hazañas del Señor. Me castigó, me castigó el Señor, pero no me entregó a la muerte. R.
Abridme las puertas del triunfo, y entraré para dar gracias al Señor. Esta es la puerta del Señor: los vencedores entrarán por ella. Te doy gracias porque me escuchaste y fuiste mi salvación. R.


EVANGELIO
Id al mundo entero y proclamad el Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Marcos 16, 9-15
Jesús, resucitado al amanecer del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios. Ella fue a anunciárselo a sus compañeros, que estaban de duelo y llorando.
Ellos, al oírle decir que estaba vivo y que lo había visto, no la creyeron.
Después se apareció en figura de otro a dos de ellos que iban caminando a una finca.
También ellos fueron a anunciarlo a los demás, pero no los creyeron.
Por último, se apareció Jesús a los Once, cuando estaban a la mesa, y les echó en cara su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que lo habían visto resucitado. Y les dijo:
- «ld al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación.»

Palabra del Señor. .
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viernes, 29 de abril de 2011

¿Cuál es el sentido de la vida?

Quizás tú sientes que el dinero, el poder, o encontrar a tu pareja puede ser el sentido de tu vida.

O quizás buscas el sentido de tu vida en las opiniones y en la búsqueda de aprobación de tus amigos, tus padres, etc., pero siempre acabas sintiéndote igual: con una sensación interior de desesperanza y vacío.

Pero lo más interesante, es que el sentido de tu vida lo sientes, por primera vez, cuando sufres un gran estremecimiento emocional o está en peligro tu vida.

Es, en esos momentos, cuando todo aparece tan claro como si, después de una tarde con neblina, esta se disipara y apareciera el sol, reluciente, ante tus sorprendidos ojos.

¿Haz hecho alguna vez el experimento de visualizarte en tu propio funeral? ¿De imaginarte el recuerdo que deseas dejar en tus amigos y tu familia?

Si no lo has hecho… imagínate por un instante, que hay una tumba, que estás asistiendo a un funeral… y que abres la tapa, para ver a la persona que está dentro… ¡y para tu sorpresa… ¡eres tú mismo!

Es tu propio funeral.

¿Por qué deseas que te recuerden las personas que están asistiendo a tu funeral?... piensa por un instante…

Ahora, ¿Qué te hubiera gustado haber logrado? ¿Haber experimentado?... piensa por unos instantes…

Para mi, resultó curioso que en lo que yo imaginé más en este ejercicio, es en el amor… en los detalles aparentemente “tontos” de la vida: en mi pequeña sobrinita, pícara y encantadora… en los hermosos momentos que pasé con mis parejas… y en los instantes en que serví a alguien y lo ayudé… me resultó asombroso darme cuenta que no me pasó por ningún instante el concepto monetario… ni pensé en carros, casas, propiedades… nada de eso.

¿Te pasaron cosas parecidas a ti cuando hiciste el ejercicio, de pura casualidad?

Recuerdo que en el libro bíblico de Proverbios, dice una cita más o menos así: “He visto que no hay nada mejor para el hombre terrestre que se regocije por el duro fruto de su trabajo, es el don de Dios”.

¿Qué es lo que te regocija a ti? Pueden ser pequeñas cosas, desde caminar en un atardecer de lluvia, en un bosque, escuchando el suave trino de los pájaros y peculiar sonido de los grillos al anochecer.

Llenarse los pulmones hondamente con el frescor y el aroma a árbol mojado y hierba…

En lo personal, pocas cosas me dan tanto deleite como despertarme temprano, caminar, y oler el delicioso aroma a fresco… escuchar aún los cantos de los pájaros, y las calles todavía pacíficas y tranquilas, antes del duro y nervioso ajetreo diario.

Y contemplar la luna en la noche, en la calle, ya casi sin gente.

Quizás disfrutar de la compañía de una amiga, llenarme de su sonrisa y del brillo de su mirada… de tener entre mis brazos a mi pequeña sobrina… ¡en fin!

Con sabiduría, Dios dijo que en verdad no podríamos entrar al reino de los cielos hasta que volviéramos a ser niños, y con profunda admiración, ahora que convivo a diario con mi sobrinos de 8 y 3 años, puedo comprender en toda su majestuosidad lo que significa esto.

Admiro de ellos su alegría eterna, de la felicidad que les trae que les obsequie una simple goma de mascar, que los cargue… admiro la seguridad en sí mismos, instintiva y natural que tienen.

Su terquedad para conseguir lo que quieren, a pesar de los intentos manipuladores de los adultos para dominarlos con un “ya no te voy a querer”, “eres malo”, “mira como te ve la gente”, “ pareces niña”, “si te comportas te compro esto”… me pregunto cuantos de nosotros nos quedamos inconscientemente con esas manipulaciones desde niños.

Los niños no entienden el concepto del rencor. Puedes insultarlos y pelear con ellos, pero al rato están como si nada. Y no fingen.

Es que así es la naturaleza de un niño.

Y tienen una capacidad inagotable para jugar y hacer cosas… ¡y ser felices!

Reflexioné, que toda mi lucha interior… ¡está enfocada a volver a ser niño!

¡Tener la alegría y espontaneidad de un niño!

¡Aprender a perdonar y olvidar como un niño!

¡Tener la terquedad para conseguir lo que quiero, como un niño!

Y por fin entendí aquella frase de Picasso: “A los 10 años ya pintaba como uno de los grandes del Renacimiento… ¡pero tarde otros 50 para volver a pintar como un niño!”.

Entonces, ¿Cual es el sentido de la vida? Para mí, es vivir permanentemente en el presente, disfrutando de todo, obedeciendo a los impulsos de mi corazón… y haciendo lo que me hace más feliz, en cada momento.

Ya sea en mi trabajo, en el amor… ¡todo lo que esté haciendo en todo momento y a cualquier hora! Así sea mientras viajo en metro.

Sabes? Quizás hoy yo debería estar muerto. Si.

Hace 3 días caminaba por la esquina de mi casa, distraído, pensando en un display que acababa de ver anunciando libros con descuento –mi golosina favorita- cuando caminé como un autómata hacia el otro lado de la calle…

Sin fijarme en que la luz del semáforo estaba en siga, y una auto corría a toda velocidad, para poder evitar la luz roja del semáforo…

Como en sueños, recuerdo la voz de un hombre que se encontraba en la esquina con su pareja, diciéndome...

¡Cuidado!

Esa voz me despertó abruptamente de mis divagaciones, me detuve, y cuando reaccioné, me encontraba a mitad de la calle, justo en el momento en que el auto pasó a milímetros adelante de mí… no se detuvo.

Solo escuché el zoooom y vi apenas una imagen difusa del coche de lo rápido que pasaba, al más puro estilo de la película “Matrix” ¡en serio!

Si yo hubiera seguido caminando, seguramente me hubiera alcanzado… y a la velocidad que iba, seguramente estaría, o muerto, o paralítico, o en estado de coma, o todo en vendas al estilo “momia de Guanajuato”.

Ya ni siquiera hubiera podido escribir esta actualización del sitio, hoy Domingo 24 de agosto.

Ya después de la experiencia me pregunté ¿Cuántas cosas inconclusas hubiera dejado de mi vida sin hacer? ¿Cuántas personas que quiero y amo nunca se los expresé? ¿Cuántas personas que me aman, o amaron nunca me lo dijeron y yo jamás lo sabría?

La verdad, yo me considero muerto, estoy viviendo extra… fue providencial que la voz de ese hombre me despertara de mi “sueño”.

Me salvó la vida.

Y como estoy viviendo tiempo “extra”, aún tengo menos miedo a intentar cosas que antes.

Y más disposición para amar y ser feliz. Tengo muchos sueños por cumplir y espero que tú también los tengas.

Me despido.

¡Suerte!


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Reflexion: Jesús con la samaritana

Autor: P. Eusebio Gómez Navarro
La samaritana andaba sedienta de paz, de felicidad, de vida. Había buscado, pero no había encontrado. No se resignaba a seguir bebiendo del agua turbia.
Un hombre se perdió en el desierto. Estaba a punto de perecer de sed, cuando aparecieron algunas mujeres donde él. Él les pidió agua, pero ellas discutían entre sí en qué darle el agua, si en jarra de plata o de oro. Mientras discutían las mujeres, el hombre agonizaba por falta de agua.

En la vida nos ocurre con frecuencia lo mismo. Mientras hay muchas personas que mueren de hambre o de sed, hablamos de cosas que no tienen importancia y lo más trágico es que nosotros mismos desfallecemos sin saberlo.

La vida está amasada de encuentros y desencuentros. El Evangelio está lleno de encuentros de Jesús con distintas personas: Nicodemo, Jairo, Zaqueo, la hemorroísa, el centurión, la mujer cananea, la pecadora, el ciego de Jericó, los pescadores del lago, los doce, los 72 discípulos, los hermanos de Betania, la gente.

También acompaña al grupo de los 72 discípulos para prepararlos para la misión.

Jesús y la Samaritana (Jn 4, 42). Jesús toma la iniciativa y enfrenta a la mujer con su verdad. No la condena y la invita a una adhesión personal a Cristo. Me quiero detener en una reflexión de este encuentro.

La Samaritana es una mujer. Cincuenta años después de Cristo, el historiador judío Flavio Josefo, que vivió en ambiente romano, afirma que, en general, el pensamiento hebreo acerca de la unión matrimonial: “La mujer es inferior al hombre en todo". En las plegarias de los hebreos el hombre daba gracias a Dios por no haber nacido infiel, mujer, esclavo o ignorante.
Jesús se relaciona con la mujer con una atención afectuosa y la ennoblece haciéndola, en alguna forma, protagonista de sus enseñanzas de salvación. Habla con la Samaritana (Jn 4, 1-42); cuando los discípulos de regreso de buscar alimentos en la aldea vecina, encuentran a Jesús sentado en el pozo hablando con una mujer de Samaria,"se sorprendieron de que hablara con una mujer”.

San Juan (4,5-42) nos relata el encuentro de la samaritana con el Señor. Llegó una mujer samaritana a sacar agua del pozo de Jacob. Esta mujer se sentía sin horizonte, sola, angustiada, sin saber por qué vivía, sufría, buscaba felicidad y no la encontraba. Acudía cada día al pozo para saciar su sed y la de los suyos. Bebían, pero volvían a tener sed. La sed de la samaritana es búsqueda e insatisfacción. La samaritana andaba sedienta de paz, de felicidad, de vida. Había buscado, pero no había encontrado; había perdido sus raíces, no sabía de dónde venía ni a dónde iba. No se resignaba a seguir bebiendo del agua turbia.

Y allá estaba, Jesús, “cansado del camino, sentado junto al manantial”, esperando a la samaritana, pues siempre es Jesús el que salía al encuentro de los pecadores y sedientos. "Antes me muero de sed que pedirle un vaso de agua", se dice en algunos sitios. Sin embargo Jesús se adelanta y pide a una samaritana, de otra cultura enemiga: "Dame de beber". Jesús se hace el encontradizo con aquella mujer en la vida de cada día, junto al pozo, allí donde la mujer va a sacar agua para su casa. Y Jesús es el agua viva, esa que apaga la sed para siempre, comienza la conversación mendigando un sorbo de agua a la mujer. La mujer pone dificultades. Y Jesús dice: "el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna". La revelación progresiva del mismo Cristo: "yo soy", el Mesías, el que habla contigo. El que beba del agua que yo le daré...
En el diálogo con la samaritana, Jesús la va llevando del agua material al agua del Espíritu. Jesús habla a la samaritana de adorar al Padre en espíritu y verdad, porque el Padre desea que le den culto así. Dios es espíritu, y los que le dan culto deben hacerlo en espíritu y verdad (Jn, 4, 21-24).

Después del encuentro con Cristo, la samaritana se transforma, deja su cántaro y corre entusiasmada al pueblo y va diciendo a todos: “Venid a ver a un hombre”, que es el Hijo del hombre, el Mesías que esperamos. Muchos de los samaritanos fueron y creyeron en él por la palabra de la mujer, que daba testimonio. Y los samaritanos confesaron su fe: "Ya no creemos por lo que tú dices, nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que él es de verdad el Salvador del mundo" (Jn 4,42).

Lo sucedido con la samaritana se repite en nuestra vida. San Agustín también conocía la sed , hastiado al fin de tanta aventura tras el placer, la sabiduría y la belleza dijo : “Nos hiciste, Señor, para Ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti”. Porque tanto la sed de la samaritana como la de Agustín eran , inconscientemente, sed de Dios. Dice Cabodevilla: “Cualquier forma de sed es sed de Dios”.

También nosotros tenemos sed, sed de felicidad, de éxitos, de verdad, de amor, de plenitud, de vida; el que no tiene sed, no busca fuentes de agua. El doctor Alexis Carrel escribió: “El ser humano tiene necesidad de Dios, como del agua y del oxígeno”. Realmente tiene más necesidad aún, al menos en un orden ontológico. San Agustín, dirigiéndose a Dios, le dice: “Quiere alabarte el hombre, pequeña parte de tu creación. Tú mismo le provocas a ello, haciendo que se deleite en alabarte, porque nos has hecho para Ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti”.

Uno de los símbolos más frecuentes en la historia de la salvación es el agua. El agua es una necesidad vital y permanente, tanto para los hombres como para los animales y las plantas. El agua limpia, purifica, es vida, aunque en ocasiones es desgracia, destrucción y muerte, en las tormentas y las inundaciones… Desde el diluvio hasta el bautismo, pasando por la roca del Horeb, el agua se asocia en la Biblia a la presencia del Espíritu de Dios, que purifica, da vida y recrea, como el agua, elemento tanto más estimable en tierras cálidas y secas. El pueblo de Dios esperaba que en los tiempos mesiánicos se concedería en abundancia el don del Espíritu. En el Nuevo Testamento es el evangelio de san Juan el que insiste más en esta relación entre el agua y el Espíritu Santo.



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Evangelio Del Dia: Viernes de la octava de Pascua

PRIMERA LECTURA
Ningún otro puede salvar

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 4, 1-12
En aquellos días, mientras hablaban al pueblo Pedro y Juan se les presentaron los sacerdotes, el comisario del templo y lo saduceos, indignados de que enseñaran al pueblo y anunciaran la resurrección de los muertos por el poder de Jesús. Le echaron mano y, como ya era tarde, los metieron en la cárcel hasta el día siguiente. Muchos de los que habían oído el discurso, unos cinco mil hombres, abrazaron la fe.
Al día siguiente, se reunieron en Jerusalén los jefes del pueblo, los ancianos y los escribas; entre ellos el sumo sacerdote Anás, Caifás y Alejandro, y los demás que eran familia de sumos sacerdotes. Hicieron comparecer a Pedro y a Juan y los interrogaron:
- «¿Con qué poder o en nombre de quién habéis hecho eso?»
Pedro, lleno de Espíritu Santo, respondió:
- «Jefes del pueblo y ancianos: Porque le hemos hecho un favor a un enfermo, nos interrogáis hoy para averiguar qué poder ha curado a ese hombre; pues, quede bien claro a todos vosotros y a todo Israel que ha sido el nombre de Jesucristo Nazareno, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos; por su nombre, se presenta éste sano ante vosotros. Jesús es la piedra que desechasteis vosotros, los arquitectos, y que se ha convertido en piedra angular; ningún otro puede salvar; bajo el cielo, no se nos ha dado otro nombre que pueda salvarnos.»

Palabra de Dios.


SALMO RESPONSORIAL 117, 1-2 y 4. 22-24. 25-27a
R. La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular.
Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. Diga la casa de Israel: eterna es su misericordia. Digan los fieles del Señor: eterna es su misericordia. R.
La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente. Éste es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo. R.
Señor, danos la salvación; Señor, danos prosperidad. Bendito el que viene en nombre del Señor, os bendecimos desde la casa del Señor; el Señor es Dios, él nos ilumina. R.


EVANGELIO
Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado

Lectura del santo evangelio según san Juan 21, 1-14
En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera:
Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos.
Simón Pedro les dice:
- «Me voy a pescar.»
Ellos contestan:
- «Vamos también nosotros contigo.»
Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada.
Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús.
Jesús les dice:
- «Muchachos, ¿tenéis pescado?»
Ellos contestaron:
- «No.»
Él les dice:
- «Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis.»
La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro:
- «Es el Señor.»
Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos cien metros, remolcando la red con los peces.
Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan. Jesús les dice:
- «Traed de los peces que acabáis de coger.»
Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red.
Jesús les dice:
- «Vamos, almorzad.»
Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor.
Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado.
Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos.

Palabra del Señor.
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jueves, 28 de abril de 2011

Reflexion: Arrepentimiento

Autor: P. Fernando Pascual
Arrepentimiento
Meditación. Alzar los ojos a la cruz de la esperanza


Solo, en un desierto, en silencio. Apenas se oye una brisa lejana, quizá un zumbido, quizá la nada. Dentro, en el corazón herido, nace un profundo deseo de dolor, de cambio, de esperanza.

Quedan atrás errores, faltas, pecados. Queda dentro un crujir de nervios, una pena profunda, un deseo de borrar lo que ya es historia y se ríe de uno mismo. El amigo traicionado, el esposo engañado, la esposa abandonada, el hijo olvidado, el padre o la madre, el abuelo o la abuela despreciados: cada pecado deja huellas profundas que querríamos no haber pisado. Y quien ha sido ofendido siente, en su corazón de amigo, padre o hermano, nuestro desprecio, nuestra traición, nuestro olvido indiferente.

Quisiéramos no haber pasado la puerta del pecado. Quisiéramos no haber clavado el puñal de la calumnia. Quisiéramos no haber cedido a un momento de lujuria o de venganza. Pero ya es tarde. Y el Tentador, el padre de la noche, nos susurra, como eco vil de un embaucador de ingenuos, que ya no hay nada que hacer, que todo está perdido, que él es más fuerte que el Dios bueno.

Hay arrepentimientos tristes como tardes de tornados o de incendios. Pero hay otros que son como un faro en la playa, como un presagio de que algo dentro está cambiando. Con el corazón deshecho, con el peso del pecado, con la pena del tesoro ya perdido, el náufrago encuentra, en el mar de sus tormentos, una tabla, un brazo alto y recio, un corazón amigo, una voz que lo invita a nuevos cielos.

Si el pecado ha dejado su tatuaje de muerte y de amargura, la misericordia extiende, en silencio, el bálsamo de la paz y del consuelo. Sólo un Dios puede aliviar un corazón que no ha amado. Sólo un Dios puede elevar a quien se ahoga en las ciénagas del abismo.

Y vino Dios, y habló, y expulsó demonios. Y llamó amigo a quien tres veces le negara. Y gritó en la cruz a los verdugos inclementes: “Padre, perdónalos”. Y llamó por su nombre a la Magdalena rescatada y al Tomás de los incrédulos.

Así se rompe la noche del pecado. Así comienza la luz de un nuevo cielo. Así la flor se alza entre el estiércol, y el desierto se convierte en un vergel de incienso. Y el pecador, caído y solo, alza los ojos a la cruz de la esperanza. Desde ella, sólo desde ella, el dolor arrepentido es tabla cierta de nuevos mares, donde ya no pueda vencer nunca el pecado, porque vivimos amarrados a la fuente de la Vida, la cruz de Cristo. Y porque pasamos, con la Iglesia de la Pascua, la puerta del perdón y del consuelo, la puerta del amor y de la vida.





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Evangelio del Dia: Jueves de la octava de Pascua

PRIMERA LECTURA
Matasteis al autor de la vida; pero Dios lo resucitó de entre los muertos

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 3, 11-26
En aquellos días, mientras el paralítico curado seguía aún con Pedro y Juan, la gente, asombrada, acudió corriendo al pórtico de Salomón, donde ellos estaban. Pedro, al ver a la gente, les dirigió la palabra:
- «Israelitas, ¿por qué os extrañáis de esto? ¿Por qué nos miráis como si hubiéramos hecho andar a éste con nuestro propio poder o virtud? El Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús, al que vosotros entregasteis y rechazasteis ante Pilato, cuando había decidido soltarlo.
Rechazasteis al santo, al justo, y pedisteis el indulto de un asesino; matasteis al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos, y nosotros somos testigos.
Como éste que veis aquí y que conocéis ha creído en su nombre, su nombre le ha dado vigor; su fe le ha restituido completamente la salud, a vista de todos vosotros.
Sin embargo, hermanos, sé que lo hicisteis por ignorancia, y vuestras autoridades lo mismo; pero Dios cumplió de esta manera lo que había predicho por los profetas, que su Mesías tenía que padecer.
Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que se borren vuestros pecados; a ver si el Señor manda tiempos de consuelo, y envía a Jesús, el Mesías que os estaba destinado. Aunque tiene que quedarse en el cielo hasta la restauración universal que Dios anunció por boca de los santos profetas antiguos.
Moisés dijo: "El Señor Dios sacará de entre vosotros un Profeta como yo: escucharéis todo lo que os diga; y quien no escuche al profeta será excluido del pueblo." Y, desde Samuel, todos los profetas anunciaron también estos días.
Vosotros sois los hijos de los profetas, los hijos de la alianza que hizo Dios con vuestros padres, cuando le dijo a Abrahán: "Tu descendencia será la bendición de todas las razas de la tierra." Dios resucitó a su siervo y os lo envía en primer lugar a vosotros, para que os traiga la bendición, si os apartáis de vuestros pecados.»

Palabra de Dios.


SALMO RESPONSORIAL 8, 2a y 5. 6-7. 8-9
R. Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!
¡Señor, dueño nuestro, ¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él, el ser humano, para darle poder? R.
Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad, le diste el mando sobre las obras de tus manos, todo lo sometiste bajo sus pies. R.
Rebaños de ovejas y toros, y hasta las bestias del campo, las aves del cielo, los peces del mar, que trazan sendas por el mar. R.


EVANGELIO
Así estaba escrito: el Mesías padecerá y resucitará de entre los muertos al tercer día

Lectura del santo evangelio según san Lucas 24, 35-48
En aquel tiempo, contaban los discípulos lo que les había pasado por el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan.
Estaban hablando de estas cosas, cuando se presenta Jesús en medio de ellos y les dice:
- «Paz a vosotros.»
Llenos de miedo por la sorpresa, creían ver un fantasma. Él les dijo:
- «¿Por qué os alarmáis;" ¿por qué surgen dudas en vuestro interior? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo.»
Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Y como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo:
- «¿Tenéis ahí algo de comer?»
Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos. Y les dijo:
- «Esto es lo que os decía mientras estaba con vosotros: que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mí tenía que cumplirse.»
Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras. Y añadió:
- «Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén.
Vosotros sois testigos de esto.»

Palabra del Señor.
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miércoles, 27 de abril de 2011

Evengelio Del Dia: Miércoles de la octava de Pascua

PRIMERA LECTURA
Te doy lo que tengo: en nombre de Jesucristo, echa a andar

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 3, 1-10
En aquellos días, subían al templo Pedro y Juan, a la oración de media tarde, cuando vieron traer a cuestas a un lisiado de nacimiento. Solían colocarlo todos los días en la puerta del templo llamada «Hermosa», para que pidiera limosna a los que entraban. Al ver entrar en el templo a Pedro y a Juan, les pidió limosna. Pedro, con Juan a su lado, se le quedó mirando y le dijo:
- «Míranos.»
Clavó los ojos en ellos, esperando que le darían algo. Pedro le dijo:
- «No tengo plata ni oro, te doy lo que tengo: en nombre de Jesucristo Nazareno, echa a andar.»
Agarrándolo de la mano derecha lo incorporó. Al instante se le fortalecieron los pies y los tobillos, se puso en pie de un salto, echó a andar y entró con ellos en el templo por su pie, dando brincos y alabando a Dios. La gente lo vio andar alabando a Dios; al caer en la cuenta de que era el mismo que pedía limosna sentado en la puerta Hermosa, quedaron estupefactos ante lo sucedido.

Palabra de Dios.


SALMO RESPONSORIAL 104, 1-2. 3-4. 6-7. 8-9
R. Que se alegren los que buscan al Señor.
Dad gracias al Señor, invocad su nombre, dad a conocer sus hazañas a los pueblos. Cantadle al son de instrumentos, hablad de sus maravillas. R.
Gloriaos de su nombre santo, que se alegren los que buscan al Señor.
Recurrid al Señor y a su poder, buscad continuamente su rostro. R.
¡Estirpe de Abrahán, su siervo; hijos de Jacob, su elegido! El Señor es nuestro Dios, él gobierna toda la tierra. R.
Se acuerda de su alianza eternamente, de la palabra dada, por mil generaciones; de la alianza sellada con Abrahán, del juramento hecho a Isaac. R.


EVANGELIO
Lo reconocieron al partir el pan

Lectura del santo evangelio según san Lucas 24, 13-35
Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día, el primero de la semana, a una aldea llamada Emaús, distante unas dos leguas de Jerusalén; iban comentando todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo.
Él les dijo:
- «¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?»
Ellos se detuvieron preocupados. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le replicó:
- «¿Eres tú el único forastero en Jerusalén, que no sabes lo que ha pasado allí estos días?»
Él les preguntó: - «¿Qué?»
Ellos le contestaron:
- «Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; como lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él fuera el futuro liberador de Israel. Y ya ves: hace ya dos días que sucedió esto. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado: pues fueron muy de mañana al sepulcro, no encontraron su cuerpo, e incluso vinieron diciendo que habían visto una aparición de ángeles, que les habían dicho que estaba vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron.»
Entonces Jesús les dijo:
- «¡Qué necios y torpes sois para creer lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria?»
Y, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura.
Ya cerca de la aldea donde iban, él hizo ademán de seguir adelante; pero ellos le apremiaron, diciendo:
- «Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída,»
Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció.
Ellos comentaron:
- «¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?»
Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo:
- «Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón.»
Y ellos contaron lo que les habla pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.

Palabra del Señor.


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martes, 26 de abril de 2011

Evangelio del dia: Martes de la octava de Pascua

PRIMERA LECTURA
Convertíos y bautizaos todos en nombre de Jesucristo

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 2, 36-41
El día de Pentecostés, decía Pedro a los judíos:
- «Todo Israel esté cierto de que al mismo Jesús, a quien vosotros crucificasteis, Dios lo ha constituido Señor y Mesías.»
Estas palabras les traspasaron el corazón, y preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles:
- «¿Qué tenemos que hacer, hermanos?»
Pedro les contestó:
-«Convertíos y bautizaos todos en nombre de Jesucristo para que se os perdonen los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque la promesa vale para vosotros y para vuestros hijos y, además, para todos los que llame el Señor, Dios nuestro, aunque estén lejos.»
Con estas y otras muchas razones les urgía, y los exhortaba diciendo:
- «Escapad de esta generación perversa.»
Los que aceptaron sus palabras se bautizaron, y aquel día se les agregaron unos tres mil.

Palabra de Dios.


SALMO RESPONSORIAL 32, 4-5. 18-19. 20 y 22
R. La misericordia del Señor llena la tierra.
La palabra del Señor es sincera, y todas sus acciones son leales; él ama la justicia y el derecho, y su misericordia llena la tierra. R.
Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos en tiempo de hambre. R.
Nosotros aguardamos al Señor: él es nuestro auxilio y escudo. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperarnos de ti. R.


EVANGELIO
He visto al Señor

Lectura del santo evangelio según san Juan 20, 11-18
En aquel tiempo, fuera, junto al sepulcro, estaba María, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús.
Ellos le preguntan:
- «Mujer, ¿por qué lloras?»
Ella les contesta:
- «Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han
puesto.»
Dicho esto, da media vuelta y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús.
Jesús le dice:
- «Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?»
Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta:
- «Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré.»
Jesús le dice:
- «¡María!»
Ella se vuelve y le dice:
- «¡Rabboni!», que significa: «¡Maestro!»
Jesús le dice:
- «Suéltame, que todavía no he subido al Padre. Anda, ve a mis hermanos y diles: "Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro."»
María Magdalena fue y anunció a los discípulos:
- «He visto al Señor y ha dicho esto.»

Palabra del Señor.
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lunes, 25 de abril de 2011

Lunes de la octava de Pascua


PRIMERA LECTURA
Dios resucitó a este Jesús, y todos nosotros somos testigos

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 2,14.22-33
El día de Pentecostés, Pedro, de pie con los Once, pidió atención y les dirigió la palabra:
-«Judíos y vecinos todos de Jerusalén, escuchad mis palabras y enteraos bien de lo que pasa. Escuchadme, israelitas: Os hablo de Jesús Nazareno, el hombre que Dios acreditó ante vosotros realizando por su medio los milagros, signos y prodigios que conocéis. Conforme al designio previsto y sancionado por Dios, os lo entregaron, y vosotros, por mano de paganos, lo matasteis en una cruz. Pero Dios lo resucitó, rompiendo las ataduras de la muerte; no era posible que la muerte lo retuviera bajo su dominio, pues David dice, refiriéndose a él:
"Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré.
Por eso se me alegra el corazón, exulta mi lengua, y mi carne descansa esperanzada.
Porque no me entregarás a la muerte ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.
Me has enseñado el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia."
Hermanos, permitidme hablaros con franqueza: El patriarca David murió y lo enterraron, y conservamos su sepulcro hasta el día de hoy. Pero era profeta y sabía que Dios le había prometido con juramento sentar en su trono a un descendiente suyo; cuando dijo que "no lo entregaría a la muerte y que su carne no conocería la corrupción", hablaba previendo la resurrección del Mesías. Pues bien, Dios resucitó a este Jesús, de lo cual todos nosotros somos testigos.
Ahora, exaltado por la diestra de Dios, ha recibido del Padre el Espíritu Santo que estaba prometido, y lo ha derramado. Esto es lo que estáis viendo y oyendo.»

Palabra de Dios.


SALMO RESPONSORIAL 15, 1-2 y 5. 7-8. 9-10. 11
R. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti; yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.» El Señor es el lote de mi heredad y mi copa; mi suerte está en tu mano. R.
Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré. R.
Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas, y mi carne descansa serena. Porque no me entregarás a la muerte, ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. R.
Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha. R.


EVANGELIO
Comunicad a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán

Lectura del santo evangelio según san Mateo 28, 8-15
En aquel tiempo, las mujeres se marcharon a toda prisa del .,sepulcro; impresionadas y llenas de alegría, corrieron a anunciarlo a los discípulos. De pronto, Jesús les salió al encuentro y les dijo:
- «Alegraos.»
Ellas se acercaron, se postraron ante él y le abrazaron los pies.
Jesús les dijo:
- «No tengáis miedo: id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán.»
Mientras las mujeres iban de camino, algunos de la guardia fueron a la ciudad y comunicaron a los sumos sacerdotes todo lo ocurrido. Ellos, reunidos con los ancianos, llegaron a un acuerdo y dieron a los soldados una fuerte suma, encargándoles:
- «Decid que sus discípulos fueron de noche y robaron el cuerpo mientras vosotros dormíais. Y si esto llega a oídos del gobernador, nosotros nos lo ganaremos y os sacaremos de apuros.»
Ellos tomaron el dinero y obraron conforme a las instrucciones. Y esta historia se ha ido difundiendo entre los judíos hasta hoy.

Palabra del Señor.


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domingo, 24 de abril de 2011

Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor. Misa del día.

PRIMERA LECTURA
Hemos comido y bebido con él después de su resurrección

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 10, 34a. 37-43
En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo:
- «Conocéis lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en Judea y en Jerusalén. Lo mataron colgándolo de un madero. Pero Dios lo resucitó al tercer día y nos lo hizo ver, no a todo el pueblo, sino a los testigos que él había designado: a nosotros, que hemos comido y bebido con él después de su resurrección.
Nos encargó predicar al pueblo, dando solemne testimonio de que Dios lo ha nombrado juez de vivos y muertos. El testimonio de los profetas es unánime: que los que creen en él reciben, por su nombre, el perdón de los pecados.»

Palabra de Dios.


SALMO RESPONSORIAL 117, 1-2. l6ab-17. 22-23
R. Éste es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo.
Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. Diga la casa de Israel: eterna es su misericordia. R.
La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es excelsa. No he de morir, viviré para contar las hazañas del Señor. R.
La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente. R.

SECUENCIA
Ofrezcan los cristianos
ofrendas de alabanza
a gloria de la Víctima
propicia de la Pascua.
Cordero sin pecado
que a las ovejas salva,
a Dios y a los culpables
unió con nueva alianza.
Lucharon vida y muerte
en singular batalla,
y, muerto el que es la Vida,
triunfante se levanta.
«¿Qué has visto de camino,
María, en la mañana?»
«A mi Señor glorioso,
la tumba abandonada,
los ángeles testigos,
sudarios y mortaja.
¡Resucitó de veras
mi amor y mi esperanza!
Venid a Galilea,
allí el Señor aguarda;
allí veréis los suyos
la gloria de la Pascua.»
Primicia de los muertos,
sabemos por tu gracia que estás resucitado;
la muerte en ti no manda.
Rey vencedor, apiádate
de la miseria humana
y da a tus fieles parte
en tu victoria santa.


SEGUNDA LECTURA
Buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 3, 1-4
Hermanos:
Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra.
Porque habéis muerto, y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis, juntamente con él, en gloria.

Palabra de Dios.


EVANGELIO
Él había de resucitar de entre los muertos

Lectura del santo evangelio según san Juan 20, 1-9
El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo:
- «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto. »
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró.
Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le hablan cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte.
Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.
Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.

Palabra del Señor.

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sábado, 23 de abril de 2011

Sábado. Vigilia Pascual en la Noche Santa.

PRIMERA LECTURA
Vio Dios todo lo que había hecho; y era muy bueno

Lectura del libro del Génesis 1, 1. 26-31a
Al principio creó Dios el cielo y la tierra.
Y dijo Dios:
- «Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine los peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos, los reptiles de la tierra.»
Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los creó.
Y los bendijo Dios y les dijo:
- «Creced, multiplicaos, llenad la tierra y sometedla; dominad los peces del mar, las aves del cielo, los vivientes que se mueven sobre la tierra.»
Y dijo Dios:
- «Mirad, os entrego todas las hierbas que engendran semilla sobre la faz de la tierra; y todos los árboles frutales que engendran semilla os servirán de alimento; y a todas las fieras de la tierra, a todas las aves del cielo, a todos los reptiles de la tierra, a todo ser que respira, la hierba verde les servirá de alimento.»
• así fue.
• vio Dios todo lo que había hecho; y era muy bueno.

Palabra de Dios.


SALMO RESPONSORIAL 32, 4-5. 6-7. 12-13. 20 y 22.
R. La misericordia del Señor llena la tierra.
La palabra del Señor es sincera, y todas sus acciones son leales; él ama la justicia y el derecho, y su misericordia llena la tierra. R.
La palabra del Señor hizo el cielo; el aliento de su boca, sus ejércitos; encierra en un odre las aguas marinas, mete en un depósito el océano. R.
Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que él se escogió como heredad. El Señor mira desde el cielo, se fija en todos los hombres. R.
Nosotros aguardamos al Señor: él es nuestro auxilio y escudo. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti. R.

Salmo responsorial de la Segunda Lectura Sal 15, 5 y 8. 9-10. 11
R. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa; mi suerte está en tu mano. Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré. R.
Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas, y mi carne descansa serena. Porque no me entregarás a la muerte, ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.
Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha. R.

Salmo responsorial de la Tercera Lectura Ex 15, 1-2. 3-4. 5-6. 17-18
R. Cantaré al Señor, sublime es su victoria.
Cantaré al Señor, sublime es su victoria, caballos y carros ha arrojado en el mar. Mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación. Él es mi Dios: yo lo alabaré; el Dios de mis padres: yo lo ensalzaré. R.
El Señor es un guerrero, su nombre es «Yahvé». Los carros del Faraón los lanzó al mar, ahogó en el mar Rojo a sus mejores capitanes. R.
Las olas los cubrieron, bajaron hasta el fondo como piedras. Tu diestra, Señor, es fuerte y terrible, tu diestra, Señor, tritura al enemigo. R.
Los introduces y los plantas en el monte de tu heredad, lugar del que hiciste tu trono, Señor; santuario, Señor, que fundaron tus manos. El Señor reina por siempre jamás. R.

Salmo responsorial de la Epístola Sal 117, 1-2. 16ab-17. 22-23
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. Diga la casa de Israel: eterna es su misericordia. R.
La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es excelsa. No he de morir, viviré para contar las hazañas del Señor. R.
La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente. R.


SEGUNDA LECTURA
El sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe

Lectura del libro del Génesis 22, 1-2. 9a. 10-13. 15-18
En aquellos días, Dios puso a prueba a Abrahán, llamándole:
- «¡Abrahán!»
Él respondió:
- «Aquí me tienes.»
Dios le dijo:
- «Toma a tu hijo único, al que quieres, a Isaac, y vete al país de Moria y ofrécemelo allí en sacrificio en uno de los montes que yo te indicaré.»
Cuando llegaron al sitio que le había dicho Dios, Abrahán levantó allí el altar y tomó el cuchillo para degollar a su hijo; pero el ángel del Señor le gritó desde el cielo:
- «¡Abrahán, Abrahán!»
Él contestó:
- «Aquí me tienes.»
El ángel le ordenó:
- «No alargues la mano contra tu hijo ni le hagas nada. Ahora sé que temes a Dios, porque no te has reservado a tu hijo, tu único hijo.»
Abrahán levantó los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en la maleza. Se acercó, tomó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo.
El ángel del Señor volvió a gritar a Abrahán desde el cielo:
- «Juro por mí mismo -oráculo del Señor-: Por haber hecho esto, por no haberte reservado tu hijo único, te bendeciré, multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las puertas de las ciudades enemigas. Todos los pueblos del mundo se bendecirán con tu descendencia, porque me has obedecido.»

Palabra de Dios.


TERCERA LECTURA
Los israelitas en medio del mar a pie enjuto

Lectura del libro del Éxodo 14, 15-15, 1
En aquellos días, dijo el Señor a Moisés:
- «¿Por qué sigues clamando a mí? Di a los israelitas que se pongan en marcha. Y tú, alza tu cayado, extiende tu mano sobre el mar y divide lo, para que -los israelitas entren en medio del mar a pie enjuto. Que yo voy a endurecer el corazón de los egipcios para que los persigan, y me cubriré de gloria a costa del Faraón y de todo su ejército, de sus carros y de los guerreros. Sabrán los egipcios que yo soy el Señor, cuando me haya cubierto de gloria a costa del Faraón, de sus carros y de sus guerreros. »
Se puso en marcha el ángel del Señor, que iba al frente del ejército de Israel, y pasó a retaguardia. También la columna de nube de delante se desplazó de allí y se colocó detrás, poniéndose entre el campamento de los egipcios y el campamento de los israelitas. La nube era tenebrosa y transcurrió toda la noche sin que los ejércitos pudieran trabar contacto. Moisés extendió su mano sobre el mar, y el Señor hizo soplar durante toda la noche un fuerte viento del este, que secó el mar, y se dividieron las aguas. Los israelitas entraron en medio del mar a pie enjuto, mientras que las aguas formaban muralla a derecha e izquierda. Los egipcios se lanzaron en su persecución, entrando tras ellos, en medio del mar, todos los caballos del Faraón y los carros con sus guerreros.
Mientras velaban al amanecer, miró el Señor al campamento egipcio, desde la columna de fuego y nube, y sembró el pánico en el campamento egipcio. Trabó las ruedas de sus carros y las hizo avanzar pesadamente.
Y dijo Egipto:
- «Huyamos de Israel, porque el Señor lucha en su favor contra Egipto. »
Dijo el Señor a Moisés:
- «Extiende tu mano sobre el mar, y vuelvan las aguas sobre los egipcios, sus carros y sus jinetes.»
Y extendió Moisés su mano sobre el mar; y al amanecer volvía el mar a su curso de siempre. Los egipcios, huyendo, iban a su encuentro, y el Señor derribó a los egipcios en medio del mar.
Y volvieron las aguas y cubrieron los carros, los jinetes y todo el ejército del Faraón, que lo había seguido por el mar. Ni uno solo se salvó.
Pero los hijos de Israel caminaban por lo seco en medio del mar; las aguas les hacían de muralla a derecha e izquierda.
Aquel día salvó el Señor a Israel de las manos de Egipto. Israel vio a los egipcios muertos, en la orilla del mar. Israel vio la mano grande del Señor obrando contra los egipcios, y el pueblo temió al Señor, y creyó en el Señor y en Moisés, su siervo.
Entonces Moisés y los hijos de Israel cantaron este canto al Señor:

Palabra de Dios.


EVANGELIO
Ha resucitado y ya por delante de vosotros a Galilea

Lectura del santo evangelio según san Mateo 28, 1-10
En la madrugada del sábado, al alborear el primer día de la semana, fueron María Magdalena y la otra María a ver el sepulcro. Y de pronto tembló fuertemente la tierra, pues un ángel del Señor, bajando del cielo y acercándose, corrió la piedra y se sentó encima. Su aspecto era de relámpago y su vestido blanco como la nieve; los centinelas temblaron de miedo y quedaron corno muertos. El ángel habló a las mujeres:
-«Vosotras, no temáis; ya sé que buscáis a Jesús, el crucificado,
No está aquí. Ha resucitado, como había dicho. Venid a ver el sitio donde yacía e id aprisa a decir a sus discípulos: "Ha resucitado de entre los muertos y va por delante de vosotros a Galilea. Allí lo veréis." Mirad, os lo he anunciado.»
Ellas se marcharon a toda prisa del sepulcro; impresionadas y llenas de alegría, corrieron a anunciarlo a los discípulos.
De pronto, Jesús les salió al encuentro y les dijo:
-«Alegraos.»
Ellas se acercaron, se postraron ante él y le abrazaron los pies.
Jesús les dijo:
-«No tengáis miedo: id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán.»

Palabra del Señor.



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viernes, 22 de abril de 2011

Sermon de las 7 palabras

1. PADRE PERDONALOS POR QUE NO SABEN LO QUE HACEN

( Lucas 23:34 )

Todos los problemas del hombre han sido por su falta de humildad.

• Dios envió a Jesucristo para libertarnos de todo pecado. Todos hacemos parte de aquellos que en ese día ( en la crucifixión ) abofetearon, escupieron, se burlaron de El. Cuando Jesucristo pronuncio aquellas palabras en su infinito amor quiere perdonar todos nuestro pecados, pero el no se quedó allí en esa cruz RESUCITO PARA DARNOS EL TAN ANHELADO PERDON.

• Jesucristo nos enseña a tomar conciencia del verdadero perdón del cual hace parte tener amor, misericordia, compasión y olvido.

• Cuando conocemos el significado del Perdón, podemos acercarnos a Cristo confiados en que El no le importa nuestra condición por el contrario derrama su Sangre ( Hebreos 9:22 ) y lava todos nuestros pecados.

• Jesucristo nos sacó del pecado por medio de su resurrección.

• El Amor de Cristo no tiene fronteras, ese amor es para ti. Arrepiéntete de toda tu maldad.

• Perdonar es seguir a Cristo

• Acepta el Perdón para que puedas aprender a perdonar

• Quieres tener el perdón que Cristo te ofrece

ACEPTA AL SEÑOR JESÚS COMO TU SALVADOR
RECIBELO EN TU CORAZÓN
"Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro"
(Romanos 6:23)



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2. DE CIERTO TE DIGO QUE HOY ESTARÁS CONMIGO EN EL PARAISO

(Lucas 23:43)

• Cuando recibimos al Señor Jesús, recibimos una gran promesa del Padre, la garantía de Dios para el futuro, tentemos la certeza que cuando lleguemos al final de nuestros días en esta carne y nuestro cuerpo físico perezca pasaremos la eternidad con Cristo (1 Juan 2:25)

• Escapa por tu vida, Dios quiere salvarnos.

• Jesucristo nos perdonó, nos salvó y por ello somos personas transformadas por El.

• Cuando este ladrón (Lucas 23:39-43) aceptó al Señor Jesús recibió en ese mismo momento el regalo de la salvación, aunque halla sido el peor de los seres humanos.

• Cuando Cristo llega a nuestra vida, tiene la potestad para salvarnos y capacitarnos para ser fieles a El y empezar a caminar en la senda escogida por Dios para nosotros.

• Jesucristo llevo la maldición del pecado y de la muerte allí en la cruz y a partir de este momento es se convierte en nuestro mejor amigo, medico, abogado y por sobre todo siempre estará a nuestro lado para bendecirnos. Amen.



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3. MUJER HE AHÍ TU HIJO, HIJO HE AHÍ A TU MADRE

(Juan 19:26-27)

• Hoy en día ahí una descomposición total de la familia, el hogar a llegado a tal punto, que ya no se casan varón (Génesis 2:21-24) y hembra como es el mandato de Dios sino que por el contrario vemos casos de varones que se casan con varones (Romanos 1:28) , por este tipo de manifestaciones viene la ira de Dios por el mal proceder del ser humano (Romanos 1.23-24)

• Los valores éticos y morales están descomponiendo nuestra sociedad, el homosexualismo (Romanos 1:26-27) , el adulterio (Mateo 5.27) , (Gálatas 5.19) , sexo con animales (Levítico 20.15-16) , la perdida de la virginidad antes del matrimonio (Deuteronomio 22:20-21) , (1 Corintios 6.13) y muchas otras inmoralidades están envolviendo la sociedad en una suciedad total.

• La irresponsabilidad y el abandono es lo que tiene a la familia y a la sociedad en esta condición.

• Cristo viene pronto a viene por una iglesia santa y sin mancha (Efesios 5.27) , estemos a cuentas (Isaías 1:18)

• El núcleo de la sociedad es el hogar y por ello debe el hogar ser ejemplo como Dios lo instituyó.

• Aunque allá esa descomposición, Cristo hoy quiere perdonarnos y cambiar esa actitud.

• La primera institución que Dios creo fue la familia y El quiere transformar tu corazón y tu familia.

• Todos tendremos que dar cuentas a Dios.

• Como esta tu hogar, reflexiona y has un alto en el camino y pídele perdón al Señor el cual quiere salvarte y sanar tu hogar.

• El diablo esta como león rugiente (1 Pedro 5:8) buscando como devorar al hogar por que el sabe que acabando con el hogar acaba con toda una sociedad.

• Dios quiere que tengas un hogar de bendición, El quiere salvar tu hogar acéptalo en tu corazón y deja que Dios te santifique porque como esta escrito "Sin santidad nadie verá al Señor" (Hebreos 12.14)



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4. DIOS MIO, DIOS MIO, ¿POR QUÉ ME HAS DESAMPARADO?

(Marcos 15:34)

• Hay gente que como el Señor Jesús en ese momento se siente sola y por ello Jesucristo las pronuncio por ti, El siente tu dolor, tu soledad y quiere que tu seas salvo de ese yugo.

• Hay jóvenes, niños desamparados que han pasado por muchas dificultades que han tomado la decisión de suicidarse, hoy quiero decirte esa no es una respuesta, la respuesta esta en Jesucristo el cual es el camino la verdad y la vida (Juan 14:6)

• Dios ha tenido misericordia, a este mundo le queda poco tiempo, las señales se están cumpliendo (Mateo 24:3-24) pero aun hay esperanza acepta a Cristo y tendrás una vida nueva en el y hogar también será salvo (Hechos 16.31)



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5. TENGO SED

(Juan 19:28)

• Todos nosotros en todo momento buscamos una justicia humana pero esta justicia se acaba no permanece.

• La justicia es amor, hacer lo correcto, es no hacer el mal, es expresar el perdón, obtenemos esta justicia cuando entregamos nuestro corazón a Cristo y el entonces empieza a impartir de su justicia, la justicia divina sobre nosotros.

• Cuando el Señor Jesús dijo " Tengo sed" , lo que le dieron a beber fue vinagre, tu con tu vana manera de vivir lo que le estas ofreciendo a Cristo es ese vinagre, Dios te dio la vida y a cambio que le estas dando, reflexiona.

• El hombre reclama justicia siendo injusto, arrepiéntete de tu mal camino y Cristo hará contigo un hombre diferente. El justo (Jesucristo) murió por los injustos (1 Pedro 3.18) , el Santo por los pecadores (Isaías 53:5)

• Cuando la justicia humana actúa lo que se logra son guerras, hambres, homicidios etc. En cambio la justicia divina es perfecta.

• Renuncia al pecado, Dios te ama a ti mas no ama al pecado, si quieres justicia ve al dador de la justicia Jesucristo el Justo (1 Juan 2.1)



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6. CONSUMADO ES

(Juan 19:30)

• En la tierra todo es pasajero, una flor en la mañana esta florida, hermosa, expide un olor fragante, pero al terminar la tarde se marchita, se muere, así es nuestra vida (Salmo 103:15-16) , pero nuestra alma es eterna ¿Dónde la vamos a pasar?

• Ninguna religión salva solo Cristo puede salvarnos y darnos la certeza de que pasaremos la eternidad con El.

• Nuestro país cambia cuando el corazón del hombre es cambiado por Cristo.

• El mundo decepciona pero con Cristo hay bendición (Juan 14:27)



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7. PADRE, EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPIRITU

(Lucas 23:46)

• El Señor Jesús vino a cumplir su ministerio

Hizo la voluntad de su Padre (Mateo 26:39)
Cumplió el Antiguo Testamento (Mateo 5:17)
Vino a buscar y a salvar a los perdidos (Lucas 19:10)
Vino a darnos vida eterna (Juan 10:10,28)
Dio su vida como rescate por muchos (Marcos 10:45)
Murió por nuestros pecados (1 Corintios 15:3)
Nos reconcilio con Dios (2 Corintios 5:18-19)
Resucito para nuestra justificación (Romanos 4:25)
• Destruyó la obra de Satanás (Hebreos 2:14)

• El consumo toda la obra por la expiación de nuestros pecados.

• Cristo es el fundador del cristianismo, cuando aceptamos al Señor Jesús nos convertimos en miembros del cuerpo de Cristo.

• Un día resucitaremos y entonces veremos cara a cara a Cristo y estaremos unidos a El.

• Cristo resucitó el tercer día y esta a la diestra del Padre (Lucas 24:46)


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Viernes Santo. Semana Santa.




PRIMERA LECTURA
Él fue traspasado por nuestras rebeliones

Lectura del libro de Isaías 52, 13-53, 12
Mirad, mi siervo tendrá éxito, subirá y crecerá mucho.
Como muchos se espantaron de él, porque desfigurado no parecía hombre, ti¡ tenía aspecto humano, así asombrará a muchos pueblos, ante él los reyes cerrarán la boca, al ver algo inenarrable y contemplar algo inaudito.
¿Quién creyó nuestro anuncio?, ¿a quién se reveló el brazo del Señor?
Creció en su presencia como brote, como raíz en tierra árida, sin figura, sin belleza.
Lo vimos sin aspecto atrayente, despreciado y evitado de los hombres, como un hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos, ante el cual se ocultan los rostros, despreciado y desestimado.
Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores; nosotros lo estimamos leproso, herido de Dios y humillado; pero él fue traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes.
Nuestro castigo saludable cayó sobre él, sus cicatrices nos curaron.
Todos errábamos corno ovejas, cada uno siguiendo su camino; y el Señor cargó sobre él todos nuestros crímenes.
Maltratado, voluntariamente se humillaba y no abría la boca; como cordero llevado al matadero, como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca.
Sin defensa, sin justicia, se lo llevaron, ¿quién meditó en su destino?
Lo arrancaron de la tierra de los vivos, por los pecados de mi pueblo lo hirieron.
Le dieron sepultura con los malvados, y una tumba con los malhechores, aunque no había cometido crímenes ni hubo engaño en su boca.
El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento, y entregar su vida como expiación; verá su descendencia, prolongará sus años, lo que el Señor quiere prosperará por su mano.
Por los trabajos de su alma verá la luz, el justo se saciará de conocimiento.
Mi siervo justificará a muchos, porque cargó con los crímenes de ellos.
Le daré una multitud como parte, y tendrá como despojo una muchedumbre.
Porque expuso su vida a la muerte y fue contado entre los pecadores, él tomó el pecado de muchos e intercedió por los pecadores.

Palabra de Dios.


SALMO RESPONSORIAL 30, 2 y 6. 12-13. 15-16. 17 y 25
R. Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu.
A ti, Señor, me acojo: no quede yo nunca defraudado; tú, que eres justo, ponme a salvo. A tus manos encomiendo mi espíritu: tú, el Dios leal, me librarás. R.
Soy la burla de todos mis enemigos, la irrisión de mis vecinos, el espanto de mis conocidos; me ven por la calle, y escapan de mí. Me han olvidado como a un muerto, me han desechado como a un cacharro inútil. R
Pero yo confío en ti, Señor, te digo: «Tú eres mi Dios.» En tu mano están mis azares; líbrame de los enemigos que me persiguen. R.
Haz brillar tu rostro sobre tu siervo, sálvame por tu misericordia. Sed fuertes y valientes de corazón, los que esperáis en el Señor. R.


SEGUNDA LECTURA
Aprendió a obedecer y se ha convertido para todos los que le obedecen en autor de salvación

Lectura de la carta a los Hebreos 4, 14-16; 5, 7-9
Hermanos:
Mantengamos la confesión de la fe, ya que tenemos un sumo sacerdote grande, que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo de Dios.
No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado. Por eso, acerquémonos con seguridad al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia que nos auxilie oportunamente.
Cristo, en los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas, presento oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte, cuando en su angustia fue escuchado. Él, a pesar de ser Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer. Y, llevado a la consumación, se ha convertido para todos los que le obedecen en autor de salvación eterna.

Palabra de Dios.


EVANGELIO
Prendieron a Jesús y lo ataron

Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 18, 1-19, 42
Prendieron a Jesús y lo ataron
C. En aquel tiempo, salió Jesús con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde habla un huerto, y entraron allí él y sus discípulos. Judas, el traidor, conocía también el sitio, porque Jesús se reunía a me-nudo allí con sus discípulos. Judas entonces, tomando la patrulla y unos guardias de los sumos sacerdotes y de los fariseos, entró allá con faroles, antorchas y armas. Jesús, sabiendo todo lo que venía sobre él, se adelantó y les dijo:
+ - «¿A quién buscáis?»
C. Le contestaron:
S. - «A Jesús, el Nazareno.»
C. Les dijo Jesús:
+ - «Yo soy.»
C. Estaba también con ellos Judas, el traidor. Al decirles:«Yo soy», retrocedieron y cayeron a tierra. Les preguntó otra vez:
+ - «¿A quién buscáis?»
C. Ellos dijeron:
S. - «A Jesús, el Nazareno.»
C. Jesús contestó:
+ - «Os he dicho que soy yo. Si me buscáis a mi, dejad marchar a éstos.»
C. Y así se cumplió lo que habla dicho: «No he perdido a ninguno de los que me diste.»
Entonces Simón Pedro, que llevaba una espada, la sacó e hirió al criado del sumo sacerdote, cortándole la oreja derecha. Este criado se llamaba Malco. Dijo entonces Jesús a Pedro:
+ - «Mete la espada en la vaina. El cáliz que me ha dado mi Padre, ¿no lo voy a beber?»
Llevaron a Jesús primero a Anás
C. La patrulla, el tribuno y los guardias de los judíos prendieron a Jesús, lo ataron y lo llevaron primero a Anás, porque era suegro de Caifás, sumo sacerdote aquel año; era Caifás el que habla dado a los judíos este consejo: «Conviene que muera un solo hombre por el pueblo.»
Simón Pedro y otro discípulo seguían a Jesús. Este discípulo era conocido del sumo sacerdote y entró con Jesús en el palacio del sumo sacerdote, mientras Pedro se quedó fuera a la puerta. Salió el otro discípulo, el conocido del sumo sacerdote, habló a la portera e hizo entrar a Pedro. La criada que hacia de portera dijo entonces a Pedro:
S. - «¿No eres tú también de los discípulos de ese hombre?»
C. Él dijo:
S. - «No lo soy.»
C. Los criados y los guardias hablan encendido un brasero, porque hacia frío, y se calentaban. También Pedro estaba con ellos de pie, calentándose.
El sumo sacerdote interrogó a Jesús acerca de sus discípulos y de la doctrina.
Jesús le contestó:
+ - «Yo he hablado abiertamente al mundo; yo he enseñado continuamente en la sinagoga y en el templo, donde se reúnen todos los judíos, y no he dicho nada a escondidas. ¿Por qué me interrogas a mí? Interroga a los que me han oído, de qué les he hablado. Ellos saben lo que he dicho yo.»
C. Apenas dijo esto, uno de los guardias que estaba allí le dio una bofetada a Jesús, diciendo:
S. - «¿Así contestas al sumo sacerdote?»
C. Jesús respondió:
+ - «Si he faltado al hablar, muestra en qué he faltado; pero si he hablado como se debe, ¿por qué me pegas?»
C. Entonces Anás lo envió atado a Caifás, sumo sacerdote.
¿No eres tú también de sus discípulos? No lo soy
C. Simón Pedro estaba en pie, calentándose, y le dijeron:
S. - «¿No eres tú también de sus discípulos?»
C. Él lo negó, diciendo:
S. - «No lo soy.»
C. Uno de los criados del sumo sacerdote, pariente de aquel a quien Pedro le cortó la oreja, le dijo:
S. - «¿No te he visto yo con él en el huerto?»
C. Pedro volvió a negar, y enseguida cantó un gallo.
Mi reino no es de este mundo
C. Llevaron a Jesús de casa de Caifás al pretorio. Era el amanecer, y ellos no entraron en el pretorio para no incurrir en impureza y poder así comer la Pascua. Salió Pilato afuera, adonde estaban ellos, y dijo:
S. - «¿Qué acusación presentáis contra este hombre?»
C. Le contestaron:
S. - «Si éste no fuera un malhechor, no te lo entregaríamos.»
C. Pilato les dijo:
S. - «Lleváoslo vosotros y juzgadlo según vuestra ley.»
C. Los judíos le dijeron:
S. - «No estamos autorizados para dar muerte a nadie.»
C. Y así se cumplió lo que había dicho Jesús, indicando de qué muerte iba a morir.
Entró otra vez Pilato en el pretorio, llamó a Jesús y le dijo:
S. - «¿Eres tú el rey de los judíos?»
C. Jesús le contestó:
+ - «¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mi?»
C. Pilato replicó:
S. - «¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué has hecho?»
C. Jesús le contestó:
+ - «Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí.»
C. Pilato le dijo:
S. - «Conque, ¿tú eres rey?»
C. Jesús le contestó:
+ - «Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz.»
C. Pilato le dijo:
«Y, ¿qué es la verdad?»
C. Dicho esto, salió otra vez adonde estaban los judíos y les dijo:
S. - «Yo no encuentro en él ninguna culpa. Es costumbre entre vosotros que por Pascua ponga a uno en libertad. ¿Queréis que os suelte al rey de los judíos?»
C. Volvieron a gritar:
S. - «A ése no, a Barrabás.»
C. El tal Barrabás era un bandido.
¡Salve, rey de los judíos!
C. Entonces Pilato tomó a Jesús y lo mandó azotar. Y los soldados trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza y le echaron por encima un manto color púrpura; y, acercándose a él, le decían:
S. - «¡Salve, rey de los judíos!»
C. Y le daban bofetadas.
Pilato salió otra vez afuera y les dijo:
S. - «Mirad, os lo saco afuera, para que sepáis que no encuentro en él ninguna culpa.»
C. Y salió Jesús afuera, llevando la corona de espinas y el manto color púrpura. Pilato les dijo:
S. - «Aquí lo tenéis. »
C. Cuando lo vieron los sumos sacerdotes y los guardias, gritaron:
S. - «¡Crucifícalo, crucifícalo!»
C. Pilato les dijo:
S. - «Lleváoslo vosotros y crucificadlo, porque yo no encuentro culpa en él.»
C. Los judíos le contestaron:
S. - «Nosotros tenemos una ley, y según esa ley tiene que morir, porque se ha declarado Hijo de Dios.»
C. Cuando Pilato oyó estas palabras, se asusto aún más y, entrando otra vez en el pretorio, dijo a Jesús:
S. - «¿De dónde eres tú?»
C. Pero Jesús no le dio respuesta.
Y Pilato le dijo:
S. - «¿A mi no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para soltarte y autoridad para crucificarte?»
C. Jesús le contestó:
+ - «No tendrías ninguna autoridad sobre mi, si no te la hubieran dado de lo alto. Por eso el que me ha entregado a ti tiene un pecado mayor.»
¡Fuera, fuera; crucifícalo!
C. Desde este momento Pilato trataba de soltarlo, pero los judíos gritaban:
S. - «Si sueltas a ése, no eres amigo del César. Todo el que se declara rey está contra el César.»
C. Pilato entonces, al oír estas palabras, sacó afuera a Jesús y lo sentó en el tribunal, en el sitio que llaman «el Enlosado» (en hebreo Gábbata). Era el día de la Preparación de la Pascua, hacia el mediodía.
Y dijo Pilato a los judíos:
S. - «Aquí tenéis a vuestro rey.»
C. Ellos gritaron:
S. - «¡Fuera, fuera; crucifícalo!»
C. Pilato les dijo:
S. - «¿A vuestro rey voy a crucificar?»
C. Contestaron los sumos sacerdotes:
S. - «No tenemos más rey que al César.»
C. Entonces se lo entregó para que lo crucificaran.
Lo crucificaron, y con él a otros dos
C. Tomaron a Jesús, y él, cargando con la cruz, salió al sitio llamado «de la Calavera» (que en hebreo se dice Gólgota), donde lo crucificaron; y con él a otros dos, uno a cada lado, y en medio, Jesús. Y Pilato escribió un letrero y lo puso encima de la cruz; en él estaba escrito: «Jesús, el Nazareno, el rey de los judíos.»
Leyeron el letrero muchos judíos, porque estaba cerca el lugar donde crucificaron a Jesús, y estaba escrito en hebreo, latín y griego.
Entonces los sumos sacerdotes de los judíos dijeron a Pilato:
S. - «No escribas: "El rey de los judíos", sino: "Éste ha dicho: Soy el rey de los judíos."»
C. Pilato les contestó:
S. - «Lo escrito, escrito está.»
Se repartieron mis ropas
C. Los soldados, cuando crucificaron a Jesús, cogieron su ropa, haciendo cuatro partes, una para cada soldado, y apartaron la túnica. Era una túnica sin costura, tejida toda de una pieza de arriba abajo. Y se dijeron:
S. - «No la rasguemos, sino echemos a suerte, a ver a quién le toca. »
C. Así se cumplió la Escritura: «Se repartieron mis ropas y echaron a suerte mi túnica.»
Esto hicieron los soldados.
Ahí tienes a tu hijo. Ahí tienes a tu madre
C. Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, Maria, la de Cleofás, y María, la Magdalena. Jesús, al ver a su madre y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su madre:
+ - «Mujer, ahí tienes a tu hijo.»
C. Luego, dijo al discípulo:
+ - «Ahí tienes a tu madre.»
C. Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa.
Está cumplido
C. Después de esto, sabiendo Jesús que todo habla llegado a su término, para que se cumpliera la Escritura dijo:
+ - «Tengo sed.»
C. Había allí un jarro lleno de vinagre. Y, sujetando una esponja empapada en vinagre a una caña de hisopo, se la acercaron a la boca. Jesús, cuando tomó el vinagre, dijo:
+ - «Está cumplido.»
C. E, inclinando la cabeza, entregó el espíritu.
Todos se arrodillan, y se hace una pausa.
Y al punto salió sangre y agua
C. Los judíos entonces, como era el día de la Preparación, para que no se quedaran los cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día solemne, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y que los quitaran, Fueron los soldados, le quebraron las piernas al primero y luego al otro que hablan crucificado con él; pero al llegar a Jesús, viendo que ya habla muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua. El que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero, y él sabe que dice verdad, para que también vosotros creáis. Esto ocurrió para que se cumpliera la Escritura: «No le quebrarán un hueso»; y en otro lugar la Escritura dice: «Mirarán al que atravesaron.»
Vendaron todo el cuerpo de Jesús, con los aromas
C. Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo clandestino de Jesús por miedo a los judíos, pidió a Pilato que le dejara llevarse el cuerpo de Jesús. Y Pilato lo autorizó. Él fue entonces y se llevó el cuerpo. Llegó también Nícodemo, el que habla ido a verlo de noche, y trajo unas cien libras de una mixtura de mirra y áloe.
Tomaron el cuerpo de Jesús y lo vendaron todo, con los aromas, según se acostumbra a enterrar entre los judíos. Había un huerto en el sitio donde lo crucificaron, y en el huerto un sepulcro nuevo donde nadie había sido enterrado todavía. Y como para los judíos era el día de la Preparación, y el sepulcro estaba cerca, pusieron allí a Jesús.

Palabra del Señor.

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jueves, 21 de abril de 2011

Jueves Santo. Semana Santa. Cena del Señor.

PRIMERA LECTURA
Prescripciones sobre la cena Pascua.

Lectura del libro del Éxodo 12, 1-8. 11-14
En aquellos días, dijo el Señor a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto: - «Este mes será para vosotros el principal de los meses; será para vosotros el primer mes del año. Decid a toda la asamblea de Israel: "El diez de este mes cada uno procurará un animal para su familia, uno por casa. Si la familia es demasiado pequeña para comérselo, que se junte con el vecino de casa, hasta completar el número de personas; y cada uno comerá su parte hasta terminarlo.
Será un animal sin defecto, macho, de un año, cordero o cabrito.
Lo guardaréis hasta el día catorce del mes, y toda la asamblea de Israel lo matará al atardecer. Tomaréis la sangre y rociaréis las dos jambas y el dintel de la casa donde lo hayáis comido.
Esa noche comeréis la carne, asada a fuego, comeréis panes sin fermentar y verduras amargas.
Y lo comeréis así la cintura ceñida, las sandalias en los pies, un bastón en la mano; y os lo comeréis a toda prisa, porque es la Pascua, el paso del Señor.
Esta noche pasaré por todo el país de Egipto, dando muerte a todos sus primogénitos, de hombres y de animales; y haré justicia de todos los dioses de Egipto. Yo soy el Señor.
La sangre será vuestra señal en las casas donde estéis; cuando vea la sangre, pasaré de largo; no os tocará la plaga exterminadora, cuando yo pase hiriendo a Egipto.
Este día será para vosotros memorable, en él celebraréis la fiesta del Señor, ley perpetua para todas las generaciones." »

Palabra de Dios.


SALMO RESPONSORIAL 115, 12-13. 15-16bc. 17-18
R. El cáliz de la bendición es comunión con la sangre de Cristo.
¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Alzaré la copa de la salvación, invocando su nombre. R.
Mucho le cuesta al Señor la muerte de sus fieles. Señor, yo soy tu siervo, hijo de tu esclava; rompiste mis cadenas. R.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza, invocando tu nombre, Señor. Cumpliré al Señor mis votos en presencia de todo el pueblo. R.


SEGUNDA LECTURA
Cada vez que coméis y bebéis, proclamáis la muerte del Señor

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 11, 23-26
Hermanos:
Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido:
Que el Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo, tomó pan y, pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo:
- «Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía.»
Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo:
- «Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía.»
Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva.

Palabra de Dios.


EVANGELIO
Los amó hasta el extremo

Lectura del santo evangelio según san Juan 13, 1-15
Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que habla llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.
Estaban cenando, ya el diablo le había metido en la cabeza a Judas Iscariote, el de Simón, que lo entregara, y Jesús, sabiendo que el Padre habla puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido.
Llegó a Simón Pedro, y éste le dijo:
- «Señor, ¿lavarme los pies tú a mi?»
Jesús le replicó:
- «Lo que yo hago tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde. »
Pedro le dijo:
- «No me lavaras los pies jamás.»
Jesús le contestó:
- «Si no te lavo, no tienes nada que ver conmigo.»
Simón Pedro le dijo:
- «Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza.»
Jesús le dijo:
- «Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. También vosotros estáis limpios, aunque no todos.»
Porque sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: «No todos estáis limpios.»
Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo:
- «¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis "el Maestro" y "el Señor", y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros; os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis.»

Palabra del Señor.

Fuente

miércoles, 20 de abril de 2011

Oraciones para Semana Santa

En esta semana tan especial estamos llamados a acompañar a nuestro Señor Jesús, por el doloroso camino que tendrá por final Su muerte en la Cruz. Muerte cruel, que no es otra cosa que la expresión del odio y el egoísmo escondido en el corazón del hombre. Pero muerte también necesaria ya que “el grano debe morir para dar vida”, muerte de Cruz tan violenta y necesaria, por todos aquellos inocentes que sufren en el silencio.

No podemos estar ajenos al sufrimiento de Cristo, ya que hoy ese sufrimiento se ve multiplicado por las injusticias de un mundo que cada vez se aleja mas de la verdad y la justicia.

Esta semana para nosotros debe ser de particular silencio y recogimiento, pero de compañía para Jesús y para María quien como Madre verá cara a cara el sufrimiento de su Hijo. Lejos de ser un tiempo de esparcimiento y vacaciones, esta semana debe ser de meditación y oración. Cristo desde el Monte de los Olivos, comienza su camino al Calvario, sufriendo la persecución y el abandono. Es por eso que no podemos dejarlo solo, El espera vernos ahí, sufriendo con El en el silencio y el sacrificio personal, porque también quiere vernos el dia domingo resucitar con El.

Para poder llevar adelante este camino personal al Calvario, acompañando a nuestro Señor Jesús, queremos compartir con Uds. las oraciones dictadas por nuestra Santísima Virgen y así de esa forma demostrarle a Jesús que no esta solo en el camino doloroso que esta Semana transitará por amor a nosotros:

Oración a las 7 Heridas de María.

“Santa María, por las siete heridas abiertas en tu Corazón, que aún siguen sangrando; intercede ante tu Hijo por nosotros, tus humildes servidores, para que no abramos más heridas en tu Corazón Inmaculado Virgen María.
Amén”.

“Y ahora daros la Paz como hijos de un mismo Padre que sois”
(Mensaje N° 80 – 09/03/00)

Oración por la Pasión de Nuestro Señor Jesús.

(Me enseñó una oración para decir mientras me santiguaba:)

+” Por vuestra corona de espinas, Señor, libradnos de todo mal.
+ Por vuestro costado abierto, Señor, libradnos de todo mal.
+ Por la herida de vuestras manos, Señor, libradnos de todo mal
+ Por la herida de vuestros pies, Señor, libradnos de todo mal
+ Por vuestra muerte y resurrección, Señor, libradnos de todo mal”
Amén.

(Mensaje N° 85 – 20/03/00)

Oración a la Pasión del Señor

“Jesús, que con vuestro Cuerpo y vuestra Sangre redimiste al mundo,
Ayudadnos a que vuestra Pasión no sea en vano para los hijos del Padre”
Amén.

(Mensaje N° 87 – 26/03/00)

Oración de Contrición

“Yo confío en Vos ¡Oh Jesús Mío!
Y al ver yo, vuestros ojos dulces,
de manso cordero, os digo arrepentido;
¡Perdón, perdón, perdonadme!
humildemente os lo digo y confío en vos
jOh Redentor Mío!
Amén”.
(Mensaje N° 108 – 29/05/00)

Oración de Adoración al Santísimo Sacramento (I)

“Oh Jesús Bendito de mi alma,
Te adoro en Esta, La Sagrada Hostia,
Presencia Real de Tu Cuerpo y de Tu Sangre.
Blanca Hostia, Inmaculada Hostia,
Te adoro porque por mí, estás aquí.
Me amas, aún sabiendo que mi corazón está sucio de pecados.
Gracias te doy.
Amén”.

(Mensaje N° 154 -17/08/00)

Oración de Adoración al Santísimo Sacramento (II)

“Os adoro mi Jesús,
Vos que siendo Dios
y muriendo por mí
¡Oh, Cruel muerte la vuestra!
Quisisteis quedarte en esta humilde forma.
Bendito Seáis mi Señor!
Hermoso Corazón que me ama
a pesar de mi gran debilidad de hombre pecador.
¡Yo, Oh Jesús, siento en mi alma
arder el fuego de vuestro Amor.
Jesús, ¡Oh mi Amado y dulce Redentor!
Os amo ahora, y por siempre
os amaré igual.
Amén.

(Mensaje N° 155 -17/08/00)

Oración de Adoración al Santísimo Sacramento (III)

“Jesús Sacramentado.
Sacramento de Amor.
Entrad en mí, y no salgáis nunca de allí,
Aún sabiendo mi condición de pecador.
¡Sé Señor , que mucho os ofendo,
sé Señor cuán herido vuestro Corazón esta por mí!.
Pero ¡Oh Dulce Señor, ignoradlo!
Y abrazad mi alma,
que tanto necesita vuestro consuelo.
os amo, os amo y me abandono
En vuestro Amor tierno y Misericordioso.
¡Oh Sagrada e Inmaculada forma,
os doy gracias!.
Amén.

(Mensaje N° 156 – 17/08/00)

Ver Fuente

VI aniversario del pontificado de Benedicto XVI

Ciudad del Vaticano, 19 Abr. 11 (AICA)


Benedicto XVI saluda tras ser proclamado Papa

Hace seis años, el 19 de abril de 2005 tras cuatro rondas de votaciones, el Colegio Cardenalicio reunido en Cónclave, eligió al sucesor de Juan Pablo II. El Cardenal chileno Jorge Arturo Medina Estévez, protodiácono del Colegio Cardenalicio, se dirigía a los miles de fieles congregados en la Plaza de San Pedro para anunciar la elección del nuevo Pontífice en la persona del Cardenal Joseph Ratzinger, y el nombre que asumiría en su Pontificado, Benedicto XVI.

Las palabras pronunciadas por el hasta ese momento Prefecto para la Congregación para la Doctrina de la Fe apenas nombrado papa Benedicto XVI, de 78 años de edad, que se asomaba desde el balcón central de la Basílica de San Pedro para saludar a su rebaño fueron las siguientes:

“Queridos hermanos y hermanas: después del gran Papa Juan Pablo II, los señores cardenales me han elegido a mí, un simple y humilde trabajador de la viña del Señor. Me consuela el hecho de que el Señor sabe trabajar y actuar incluso con instrumentos insuficientes, y sobre todo me encomiendo a vuestras oraciones. En la alegría del Señor resucitado, confiando en su ayuda continua, sigamos adelante. El Señor nos ayudará y María, su santísima Madre, estará a nuestro lado. ¡Gracias!”+

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