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jueves, 5 de julio de 2012

Evangelio del Día: Jueves de la decimotercera semana del Tiempo Ordinario.

PRIMERA LECTURA
Ve y profetiza a mi pueblo 

Lectura de la profecía de Amós 7, 10-17
En aquellos días, Amasías, sacerdote de Casa-de-Dios, envió un mensaje a Jeroboam, rey de Israel:
-«Amós conjura contra ti en medio de Israel; la tierra ya no puede soportar sus palabras. Porque así predica Amos: "Morirá a espada Jeroboam. Israel saldrá de su país al destierro." »
Dijo Amasias a Amós:
-«Vidente, vete y refúgiate en tierra de Judá; come allí tu pan y profetiza allí. No vuelvas a profetizar en Casa-de-Dios, porque es el santuario real, el templo del país. »
Respondió Amós:
-«No soy profeta ni hijo de profeta, sino pastor y cultivador de higos. El Señor me sacó de junto al rebaño y me dijo: "Ve y profetiza a mi pueblo de Israel."
Y, ahora, escucha la palabra del Señor: Tú dices. "No profetices contra la casa de Israel, no prediques contra la casa de Isaac."
Pues bien, así dice el Señor: "Tu mujer será deshonrada en la ciudad, tus hijos e hijas caerán a espada; tu tierra será repartida a cordel, tú morirás en tierra pagana, Israel saldrá de su país al destierro." »

Palabra de Dios.


SALMO RESPONSORIAL 18, 8. 9. 10. 11 
R. Los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos.
La ley del Señor es perfecta 
y es descanso del alma; 
el precepto del Señor es fiel 
e instruye al ignorante. R.
Los mandatos del Señor son rectos 
y alegran el corazón; 
la norma del Señor es límpida 
y da luz a los ojos. R.
La voluntad del Señor es pura 
y eternamente estable; 
los mandamientos del Señor son verdaderos 
y enteramente justos. R.
Más preciosos que el oro, 
más que el oro fino; 
más dulces que la miel 
de un panal que destila. R


EVANGELIO
La gente alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad

Lectura del santo evangelio según san Mateo 9, 1-8
En aquel tiempo, subió Jesús a una barca, cruzó a la otra orilla y fue a su ciudad. Le presentaron un paralítico, acostado en una camilla. Viendo la fe que tenían, dijo al paralítico: -«¡Animo, hijo!, tus pecados están perdonados.» Algunos de los escribas se dijeron: -«Éste blasfema.»
Jesús, sabiendo lo que pensaban, les dijo:
-«¿Por qué pensáis mal? ¿Qué es más fácil decir: "Tus pecados están perdonados", o decir: "Levántate- y anda"? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados -dijo dirigiéndose al paralítico-: "Ponte en pie, coge tu camilla y vete a tu casa." »
Se puso en pie, y se fue a su casa.
Al ver esto, la gente quedó sobrecogida y alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad.

Palabra del Señor.

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